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El pequeño juguetón

Autor: Julio César Calero Garcés



Faltan pocos días para celebrar la Navidad y en el hogar de Joaquín y Estela, jóvenes esposos que tienen un niño de cuatro años de edad llamado Fernando, alistan, previa a la celebración de tan solemne fecha de la festividad cristiana, todo lo concerniente a la preparación de la cena de Nochebuena a la que han invitado a sus familiares.


Mientras Estela hace la lista de los elementos necesarios para la preparación de la cena, Joaquín saca los adornos, el árbol navideño y los juegos de luces que le darán colorido; entretanto, Fernandito juega encerrado en su cuarto, entreteniéndose con sus juguetes. El niño, cuando sus padres están atareados en casa, pasa en su habitación entreteniéndose inocentemente con cualquier cosa que está a su alcance.


- Pobre Fernandito, me da pena verlo jugando solito en su habitación.

- Sí, le hace falta un hermanito o una hermanita.

- Pero ya lo hemos intentado querida y no se nos ha dado.

- Todo está en manos de Dios pero nosotros tenemos que poner de nuestra parte y debemos seguir intentándolo.

- Bien, así lo haremos, ahora sigamos preparando las cosas para la celebración navideña.


Pasan los días y se acerca la anhelada fecha para la celebración del nacimiento del Niño Jesús. Durante uno de esos días, Joaquín y Estela escuchan un ruido como de voces y risas en el cuarto de Fernandito e intrigado el papá va a investigar lo que sucede pero al ingresar a la habitación solamente ve a su hijo divirtiéndose con sus juguetes y actuando como si hablara con alguien, pero no hay nadie en la habitación aparte de su hijo. Esta situación se repite varias veces con igual resultado


- ¿Qué haces, hijo?

- Papi, estoy jugando con mi amigo. Estamos volando en este avión que me regalaste.

- Ya veo.


Joaquín sale del cuarto y habla con su esposa.


- Pobrecillo, para no sentirse solo se ha inventado un amigo imaginario.


Llegó la fecha para la celebración del nacimiento del Niño Jesús y Joaquín y su esposa, luego de acudir a la celebración de una misa, reciben a sus familiares en su hogar.


- Hola, ¿cómo están?

- Muy bien, gracias por venir.

- No podíamos faltar a la invitación y perdernos de ver a nuestro nieto. A propósito, ¿dónde está Fernandito?

- Está durmiendo en su cuarto.

- Me hubiera gustado verlo y darle el regalo que le traje.

- Puedes venir mañana y se lo das cuando esté despierto. Además tomarás el rico chocolate que tu nuera prepara.

- Será como tú dices.


Así, fueron llegando poco a poco los invitados a la cena, luego, con la casa llena, todo es alegría, brindis, conversaciones, cena, música y baile, pero de pronto, por el tropezón de uno de los invitados, se desconecta el equipo de sonido y se hace un repentino silencio, el cual es roto por las alegres risas de unos niños.


- ¿De dónde vienen esas risas?

- Parece que del cuarto de Fernandito.

- No puede ser, él esta durmiendo a esta hora.

- Sí yo creo que es del cuarto del niño.

- ¡Y parece que no está solo!

- Eso está raro.

- Esperen, Estela y yo vamos a ver qué es lo que sucede.

- Vamos yerno, yo también los acompañaré.


Los dos hombres y la mujer se dirigen a la habitación de Fernandito y conforme se acercan escuchan las voces y las risas con mayor fuerza.


- Tal parece que conversara con otro niño.

- Es muy raro, en la habitación solo está el Fernandito.


Al llegar frente a la puerta, Joaquín la abre y todos pueden observar al niño riéndose y jugando solo en la cama alumbrado por la débil luz de una lámpara ubicada sobre un velador.


- ¿Hijo, qué haces despierto a esta hora?

- Mi amigo vino a visitarme y estaba jugando con él.

- ¿Con tu amigo?

- Sí, y me dijo que hoy se recuerda su nacimiento en todo el mundo.

- ¿Qué amigo es ese y de dónde vino?

- Me dijo que se llama Jesús y que su papá lo envía cada año a la Tierra para redimir a los hombres.

- ¡¿Jesús?!

- Sí, me dijo que ese es su nombre.

- No puedo creerlo.

- Es muy buen amigo, jugamos y nos reímos mucho.


Joaquín le habla al oído a Estela sobre lo escuchado.


- Parece que estuvo jugando con su amigo imaginario, pero de dónde sacó el nombre del niño que dice es su amigo y lo que viene a hacer en la Tierra.


- No sé, quizás algo se le ha quedado en la mente cuando lo llevamos a la misa en la iglesia.

- Bien hijo, tu amigo se ha ido ya y tú debes dormir.

- Sí papá.


Joaquín y Estela empiezan a salir de la habitación y antes de que Joaquín apague la luz, el niño le dice a Estela,


- Mamá. Mi amigo me dijo que en unos meses tendré un hermanito con quien jugar.


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